La aspiración del autor seria determinar, en lo posible, la naturaleza de la realidad designada con el nombre de «tradición», presupuesto indispensable para resolver con garantía de éxito el problema puesto a debate en el concilio Vaticano II. La obra se divide en dos partes' Después de estudiar en la primera de ellas el significado y el alcance de la tradición desde un punto de vista histórico y doctrinal, enseña, en la segunda, cómo se impone la tradición.
Teniendo en cuenta la doctrina expuesta, el padre Xiberta, en la conclusión, define la tradición como «el conjunto. de valores doctrinales que, a más de la Sagrada Escritura, acompañan, en cada momento, a la Iglesia con carácter de autoridad».
Pero el autor no pretende sólo dar una visión objetiva del problema de la tradición y de sus soluciones, sino que hace una defensa de la misma contra las múltiples atenuaciones que se han propuesto en estos últimos tiempos. Tal defensa presupone la transformación de cierto número de doctrinas comúnmente recibidas y que dificultan la recta interpretación de la tradición.